En Puerto Deseado, tras los pasos de Darwin
Por María Zacco .Especial para diario "CLARIN"
Las pequeñas piedras amontonadas en forma circular entre los cañadones indican que estamos en el camino correcto. Son nidos que los pingüinos penacho amarillo preparan antes de la llegada de las hembras. Avanzamos sigilosos en ascenso hacia el sur de la isla y, tras atravesar el faro, aparece el primer ejemplar. Nos observa con sus intensos ojos rojos coronados por llamativas cejas en “V” de plumas amarillas y recién se mueve cuando nos sentamos...